El Club de Los Vándalos -The Bikeriders

Reseña de El Club de los Vándalos: Nostalgia por el espíritu extinto de los motociclistas

Ambientada en los años 60, El Club de los Vándalos (The Bikeriders) sigue el ascenso de un club de moteros del Medio Oeste estadounidense llamado ‘Vandals’, a través de las vidas de sus distintos miembros.

En el imaginario colectivo mundial, los motoqueros siguen siendo perfilados como individuos rudos, asociados a una vida criminal, con conflictos no sólo con la ley sino que también entre ellos mismos y prácticamente sin remordimientos por sus actos marcadamente violentos.

Pero tal retrato permeado por un aura mayormente negativa no siempre fue así. En sus inicios tuvo una gestación más bien contracultural para erigirse como una forma de vida para los veteranos de guerra, incomprendidos, amantes lo que tiene relación con “lo tuerca” y quienes resultaban ser parias ante una sociedad que prefería marginarlos antes que intentar comprenderlos.

Y los personajes tras la proliferación de estos grupos era tan variopinto como las mismas razones que los llevaban a incorporarse a los clubes donde encontraban el albergue de la camaradería que nunca consiguieron.

Es justamente eso lo que examina la nueva película de Jeff Nichols, un director que se caracteriza por plasmar en su cinematografía historias que se sienten tan reales como la vida misma. Sus películas hablan de hombres atormentados por sus propios demonios internos, amistades improbables entre niños y criminales, romances agobiados por un racismo imperante o hasta sobre cómo sería un contacto alienígena de la manera más natural posible.

En esta ocasión, Nichols se pone en el lugar de personas aunadas por el denominador común de andar en dos ruedas, quienes encuentran soporte en este club donde no se juzga, se forma un vínculo fraternal y luego se goza entre eternas conversaciones sobre pasados agobiantes, cervezas, testosterona a golpes y el sentido de ser familia más allá de la concepción más básica de lo que se identifica como familia.

Hombres con esposas y trabajos, expulsados del Ejército, policías frustrados y almas libres cuya comunión sería improbable de otra manera, se dan cita en el club. Esto mientras son observados con admiración, temor y desprecio por quienes se encuentran fuera del círculo.

Lo que hace Nichols es un retrato pre Easy Rider sobre el mundo de los motociclistas, explorando en la complejidad de las personalidades de los involucrados. Cuando se trataba de darle un sentido a la vida y los grupos no eran del todo asociaciones criminales.

De hecho, es el reflejo del auge y caída de una época que se ve tremendamente lejana. Quizás se puede pensar en El Club de los Vándalos como una precuela para la película de Dennis Hopper o incluso para impresionantes series como Sons of Anarchy. Antes de que las nuevas generaciones convirtieran los clubes derechamente en pandillas o carteles. La película más bien habla del primer espíritu con que se forjaban los MC y su importancia radicaba en otorgarle un sentido de pertenencia a sus integrantes.

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