Quizás es Cierto lo que Dicen de Nosotras

Reseña de Quizás es Cierto lo que Dicen de Nosotras: ¿Cómo es ser un familiar inocente de un individuo culpable?

Ximena, una exitosa psiquiatra, recibe la inesperada visita de su hija mayor, Tamara, a quien no ha visto desde hace mucho. Su estancia en una comunidad espiritual la ha alejado y cambiado completamente. Mientras Tamara se refugia en casa de su madre, se abre una investigación debido a que el hijo recién nacido de Tamara desapareció en extrañas circunstancias al interior de la secta a la cual ella pertenece. Tanto la justicia como Ximena intentarán descubrir cuál es el destino del bebé desaparecido en Quizás es Verdad lo que Dicen sobre Nosotras.

Cuando el arte toma riesgos, es cuando sobresale. Cuando el arte escarba en lo incómodo se vuelve magnéticamente atractivo. Cuando el arte no quiere juzgar sino que cambiar la mirada, ciertamente hace ebullir emociones, ideas y sensaciones por momentos incomprensibles, pero que dan para reflexionar.

¿En qué sociedad vivimos? ¿Qué deseamos para los hijos? ¿Por qué suceden actos que parecen irracionales? ¿Hay un origen tras lo aborrecible? ¿Qué humanidad existe tras un crimen? ¿Cómo es ser un familiar inocente de un individuo culpable? ¿Cómo entenderlo? ¿Se debe examinar lo que hay detrás? ¿Hasta qué punto los prejuicios ahogan y juzgamos sin conocer todos los antecedentes? Muchas interrogantes y una exploración muy interesante es la que plantea la película de los directores Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra.

Es que lo primero que hace muy bien la entrega es despojarse de todo el sensacionalismo que permea el caso de la secta de Colliguay, la figura de Antares de la Luz y el asesinato de un infante, tras haber sido arrojado a las llamas de una hoguera. Lo principal no es entrar en los detalles del crimen, sino que en la psicología de quien paradójicamente siempre se ha mantenido en los claroscuros de la cobertura del siniestro suceso: la madre del bebé. Ahí está el foco de esta nueva película chilena, de co producción argentina y española.

Más llamativo aún, la narrativa se construye desde la perspectiva de la abuela de la víctima, una psicóloga que recibe a una hija cambiada sólo para enterarse de golpe de sus andanzas. Pero entonces no cae en un comportamiento condenatorio, ni tampoco en la indagatoria investigativa de sólo descubrir desde la frialdad qué ocurrió; sino que es la perspectiva de una madre sobre otra madre que hizo algo terrible.

Aline Kuppenheim es clave para que todo el cuadro funcione. Representando a alguien con conocimientos y educación, con situación privilegiada y que tiene “todo para ser feliz”; la actriz logra transmitir un desesperante estado de confusión, rabia, debilidad y fortaleza, obnubilación, abrumamiento y contención. Es la maternidad en acción, golpeada por el salvajismo y el delirio. Kuppenheim sigue su senda de grandes actuaciones en papeles tremendamente difíciles. Lo hizo en 1976 y ahora sorprende en Quizás es Cierto lo que Dicen sobre Nosotras.

Querer comprender, reflexionar e, incluso, hacer que el espectador sienta empatía ante la situación es un mérito absoluto de la película. Ahí está el riesgo, en el buscar que quien observa pueda anular sus predisposiciones sobre el hecho real y se abra a entender que siempre hay más detrás de las personas. Esto no es tan blanco y negro, la humanidad es un derrame de colores.

Quizás es Verdad lo que Dicen sobre Nosotras es testimonio de que en una visión diferente enriquece la experiencia del arte por muy perturbado y oscuro que sea el espíritu de su retrato. Por esto vemos cine: para darle una vuelta desafiante a los hechos, para expandir las perspectivas; finalmente, para alimentarnos de un mundo que puede ser tan fastidioso como hipnotizante.

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