Bad Boys: Hasta la Muerte

Reseña de Bad Boys, Hasta La Muerte: Un trabajo de química explosiva

Los Bad Boys favoritos del mundo están de regreso con su icónica mezcla de vertiginosa acción y escandalosa comedia, pero esta vez con un giro: los icónicos detectives de Miami son fugitivos.

La continuidad de franquicias que parecían extintas se mantiene imbatible. Es que echar mano a viejas glorias, la nostalgia y la modernización de un éxito noventero pocas veces resulta mal. Sobre todo si sus carismáticos protagonistas siguen funcionando como siempre en pantalla.

En este caso, los Chicos Malos se ven enfrentados a una encrucijada que incluso los pone a escapar de sus mismos compañeros, al ver manchada la probidad de uno de sus más grandes aliados. Así las cosas, Mike Lowrey y Marcus Burnett deben ajustarse a las reglas de un nuevo juego golpeados por el inevitable envejecimiento y un villano que parece ir constantemente un paso adelante que ellos.

Después de una tercera entrega que no convencía del todo con su historia y carecía del impacto coreografiado que le imprimió en su momento Michael Bay, los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah ahora optan por poner en aprietos a los héroes puliendo aspectos primordiales como una trama con enredos mejor condimentados y secuencias de acción potenciadas; aunque no por ello sin baches.

Todo muy colorido, muy elegante en el departamento de diseño; más no así por el lado de la fotografía. Si bien el uso de las cámaras puede sorprender por momentos, con el uso de drones y arneses en los actores, que hacen que todo parezca un videojuego de disparos en primera persona; en otras instancias no provocan más que confusión.

Lo mismo pasa con los diálogos: los intercambios en las circunstancias más inapropiados siguen siendo un fuerte, pero en los momentos más calmos hay conversaciones que parecen excesivas e innecesarias, sobre todo cuando apelan a una faceta medianamente mística que se le quiso imprimir al guión.

Los fans services tienden a funcionar mejor. Hay conexiones con el pasado y la aparición de personajes que harán click en la mente de los más fanáticos. Así como también se le hace justicia al siempre vilipendiado Reggie con una escena simplemente inolvidable.

Y de paso la película quiere resolver dramas de la vida real, al menos para su máxima estrella. Will Smith busca exorcizar sus propios demonios con esta entrega, al ponerse nuevamente a la cabeza del gran caballito de batalla en su filmografía. Es que su condenable cachetada a Chris Rock en la velada de los Oscar 2022 lo mantuvo alejado por largo tiempo de la popularidad que gozaba antes del incidente.

Ahora, la película se hace cargo de tal suceso en una de sus líneas argumentales: esa en la que Lowrey ya no es un imbatible policía sino que comienza a mostrar sus grietas. El personaje es susceptible a las fallas e incluso a ser víctima de sus propios traumas, casi como una maldición. Es su compañero el que lo llama al orden y le recalca que en la vida se cometen errores, pero esta continúa y hay que vivir con las consecuencias, mas no rendirse.

Es que hay un factor que nunca flaquea en esta saga y eso es la química innegable que tiene Smith con Lawrence. Sin duda, ellos son grandes exponentes de las llamadas buddy cop movies, con dinámicas e interacciones de humor junto con secuencias de alto calibre que se tornan combinados infalibles, e incluso pueden sortear hasta un mal guión.

Siempre es grato ver a los dos actores retomar a sus personajes clásicos. Más si hay una historia que se dedica a ponerlos en un escenario poco auspicioso que nunca antes habían enfrentado. Eso le da frescura y agiliza la naturaleza de unas aventuras que con la entrega anterior parecían flaquear. Liberándose de prejuicios y varas muy altas para medirla, Bad Boys: Hasta la Muerte resulta una entrada atractiva para la franquicia a pesar de que no tenga el mismo combustible que las primeras dos entregas.

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