Amor, Mentiras y Sangre

Reseña de Amor, Mentiras y Sangre: Cosechar un tormentoso descenso hacia el caos

En Amor, Mentiras y Sangre (Love Lies Bleeding), Lou, la solitaria gerente de un gimnasio, se enamora perdidamente de Jackie, una ambiciosa culturista que sueña con ir a Las Vegas para cumplir sus sueños. Sin embargo, su amor se ve arrastrado al mundo violento de la familia de criminales de Lou.

Es difícil comulgar con una película en la que sólo villanos parecen ser sus protagonistas. Algunos por sus nefastas decisiones en la vida y otros simplemente por causas circunstanciales. Todos se sumergen en una infernal trama cuyas trágicas consecuencias no dejan de hacerse peores con el contar de los minutos.

Lo que parte como un oscuro romance entre personas traumatizadas por cicatrices emocionales previas, decanta en una trama de crimen cada vez más estremecedora y tensa. Con un ritmo constante y sin apresurarse, el argumento va dando giros -algunos, sin duda, predecibles; otros sorprendentes-, hasta que todos los personajes quedan enredados en una problemática secuencia de episodios de violencia, resentimiento, desconcierto y poca cordura.

La directora Rose Glass (Saint Maud) agarra firme el timón de un buque con un historial desgarrador, que va de la pasión del encuentro de los cuerpos de maneras amorosas al choque de los mismos en formas tempestuosas. Luego construye una atmósfera en la que la cinematografía y las actuaciones de los involucrados son claves del angustiante panorama. Sus personajes viven de arrebatos, constantemente inquietos, sin planificar mucho más que el futuro cercano y si salen vivos, es un oasis de buena fortuna en medio de su decadencia.

Como es usual, los papeles de mujer ruda pero profundamente dañada y en constante sufrimiento, le quedan perfectos a Kristen Stewart. Sus miradas perdidas que repentinamente encuentran foco en la misteriosa inquilina, su incontrolable necesidad de cariño para sentirse viva mientras carga con la culpa, además de su capacidad para demostrar desesperación; sólo hacen crecer la trama.

El personaje que interpreta no necesita a nadie hasta que se topa con un alma igualmente desbocada en la que cobijarse. Pero la relación le cuesta porque simplemente no sabe cómo mantener un vínculo sin que su pasado o su actual pasar familiar perturben esa pizca de estabilidad.

Por su lado, Katy O’Brian logra convencer con una interpretación que le otorga a Jackie tanta inocencia como perversión. Mientras tiene un objetivo en mente, encuentra las caricias que no le entregó su familia; quiere suplir una carencia. Vive la desesperación de quedar atrapada en una encrucijada por sus anhelos latentes. Las sensaciones se vuelven más asfixiantes una vez que la muerte toca a la puerta. La ira, el desahogo, la venganza y el alivio, todo eso y más irradia muy bien O’Brian.

Amor, Mentiras y Sangre es una trama que parece simple en su superficie, pero es tremendamente compleja en su psicología. Es mucho más que un thriller criminal o fogoso romance lésbico; es una alucinante lección sobre cómo se puede sembrar una historia con unos pocos personajes y cosechar un tormentoso descenso hacia el caos.

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