The Marvels

Reseña: The Marvels, a este dulce se le acaba rápido el sabor

En The Marvels, la guerra civil de los kree provoca una alteración en el espacio-tiempo. La Capitana Marvel va a investigar qué ha sucedido, pero la alteración cuántica hace que sus poderes se entremezclen con los de otras dos superheroínas.

¿Estaremos cansados de los superhéroes? Las expectativas con esta apuesta eran realmente mínimas. Pocos ponían fichas sobre la mesa por la nueva aventura de Carol Danvers y lo cierto es que es mejor de lo esperado, pero midiéndolo con una vara tan baja como Ant-Man and The Wasp: Quantumania. Y apenas resiste.

Desde un principio la película se siente apresurada, como corriendo para cumplir con una duración que ya está por debajo de la media de la extensión de las películas de superhéroes. Cortes repentinos y sin ningún respeto por los tiempos y los espacios abruptamente hacen trastabillar la historia. La sobre exposición de sucesos pasados dan un contexto innecesario para el desarrollo de la misma, otra forma de entorpecer todo.

La historia tiene un buen trasfondo sobre la catástrofe de un pueblo, producto de los actos de un agente externo que no entiende la cultura; esto como sustento de una venganza. Sin embargo, eso se diluye al nivel del olvido. O sea, lo más poderoso que tiene para darle cuerpo robusto a la amenaza no termina de ser explorado. Todo se queda en la superficie.

Iman Vellani intenta parar este desangramiento poniendo frescura en cada una de sus intervenciones y apariciones. Es el fan en el mundo de sus ídolos, siendo parte de sus aventuras. Algo de crecimiento hay y también tiene ese gustillo a proceso de madurez apresurada también. Es su carisma y encanto los que atrapan y hacen que las otras dos mujeres adultas interactúen. Les da un poco de química. Pero más allá de Vellani, el humor dista de funcionar apropiadamente. La fórmula de Marvel está desgastada a todas luces y en todos los frentes.

La villana con motivaciones creíbles y sólidas queda reducida a una caricatura al exceder el perfil de su propia personalidad. Mientras, el desarrollo emocional de las heroínas está presente, pero sorprendentemente mal ubicado entre los sucesos de la trama. Los traumas no resueltos encuentran los momentos más inexplicables para salir a la luz y reabrir la herida de esta película.

Hay un mal que no se le pasa a Marvel. Faltaban apenas unos días para el estreno de la entrega y el lanzamiento del trailer final se dispuso a exponer a los espectadores incluso un guiño a la escena post-créditos. El exceso en la entrega de material a través del marketing sigue siendo una condena profunda para las producciones del estudio. Ya no hay sorpresas.

Y qué decir el resto de los factores externos, incluso si se sobrepasan las mismas campañas promocionales. El desconcierto de los fans y el público en general con las películas de Marvel se han traducido en taquillas paupérrimas. Al punto de que el tono en la promoción se ha modificado con el tiempo para intentar conquistar algo más de público. Al principio era una comedia de ciencia ficción, después ya no estaba muy claro eso. Y en la previa al debut en cines, se trata de una hazaña de acción.

En el fondo estamos ante la cristalización de una desesperación, provocada por unos factores externos a la narrativa que influyen en su creación y sólo constatan un agotamiento en sus responsables, por la falta de éxitos. De hecho, no es menor que uno de los mayores aciertos de este año en Marvel sea una película dirigida por el ahora jefe de la competencia. Sí, ésta es una referencia a Guardianes de la Galaxia y James Gunn.

The Marvels tiene momentos divertidos, pero nada memorable. A este dulce se le acaba rápido el sabor. Quizás algunos queden sobre excitados con la escena post-créditos, pero debería ser imposible que el material extra cobre más relevancia que la película completa. Aunque esto es muy probable que ocurra. ¿En qué mundo estamos viviendo? Mejor lo subimos a TikTok, ¿y listo?

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