Reseña: La Luz que no Puedes Ver, no es perfecta pero su espíritu y emotividad conquistan

La luz que no puedes ver es la historia de Marie‑Laure (Aria Mia Loberti), una chica francesa ciega, y su padre, Daniel LeBlanc (Mark Ruffalo), quienes huyen de París durante la ocupación alemana. En su poder tienen un legendario diamante y buscan evitar que caiga en manos de los nazis. Pero un cruel oficial de la Gestapo quiere adueñarse de la piedra por sus propios medios egoístas y no deja de perseguirlos. Marie‑Laure y Daniel pronto hallan refugio en Saint‑Malo, en la casa de un solitario tío que transmite mensajes en una radio clandestina como parte de la resistencia.

A pesar de todo, en esta ciudad costera que alguna vez fue idílica, el camino de Marie‑Laure también se entrecruza de forma inexorable con el alma bondadosa más impensada: Werner (Louis Hofmann), un brillante adolescente reclutado por el régimen de Hitler para rastrear transmisiones ilegales, pero que comparte una conexión secreta con Marie-Laure, así como su fe en la humanidad y en la esperanza.

Con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, la nueva miniserie de Netflix busca evidenciar cómo el cariño entre padre e hija es una fortaleza a toda prueba. Junto con eso se abre camino a demostrar que las almas bondadosas están destinadas a encontrarse de una u otra forma, incluso cuando no los une la sangre. Y, por idílico que suene, son la clave para resolver los conflictos. Si querías un drama terrible, erraste en la elección de este título, porque a pesar de su contexto el espíritu de esta producción dirigida por Shawn Levy es completamente positiva.

Lo interesante de esta apuesta televisiva es que el mensaje anti bélico no emana precisamente de mostrar los horrores de la guerra, como usualmente hace el cine y la televisión. Claro, inevitablemente tiene que mostrar algo del profundo daño humano que provoca el conflicto, pero lo hace con el tacto de la inocencia, el descubrimiento, la sinceridad y la transmisión de conocimientos.

All the Light We Cannot See. Louis Hofmann as Werner Pfennig in episode 104 of All the Light We Cannot See. Cr. Doane Gregory/Netflix © 2023

La trama es emotiva por donde se le mire. No son sólo las almas de padre e hija que se aferran una a otra en un mundo que sólo quiere acabar con ellos. También es el joven alemán condenado por sus pares a vivir una vida que no quería y también a presenciar horrores, quien está siempre anclándose a un halo de esperanza.

En el fondo, la apuesta de apenas cuatro episodios es un testimonio de empatía con quienes se ven cercados por una guerra que excede sus responsabilidades y sobre la que no tienen control. Puede que el contexto de la historia sea mediados del Siglo XX, pero cuando podría parecer que la lección está aprendida más de medio centenario después, sucesos como los de Ucrania y Palestina siguen evidenciando la conducta destructiva del humano. Cobrando miles de almas sin voz ni voto en las decisiones o estrategias de conquista y subrayando la necesidad de mantener vigentes este tipo de adaptaciones que hagan llegar estas historias a cada vez más audiencias.

Porque sí, La Luz que no Puedes Ver es la adaptación de un libro del autor Anthony Doerr, publicado originalmente en 2014 y además ganador del Premio Pulitzer, principalmente por la «elegancia» con que retrató los horrores de la guerra.

All the Light We Cannot See. (L to R) Hugh Laurie as Etienne LeBlanc, Mark Ruffalo as Daniel LeBlanc, Aria Mia Loberti as Marie-Laure in episode 103 of All the Light We Cannot See. Cr. Atsushi Nishijima/Netflix © 2023

Sí, la historia es predecible, pero los personajes son tan entrañables que inevitablemente atraen al espectador para seguir viendo. Sí, el villano principal es la mayoría de las veces caricaturesco y exagerado, pero sus motivaciones son completamente comprensibles en tiempos de incertidumbre sobre la continuidad de la vida. Probablemente, la simpleza de lo retratado no sea del gusto de quienes buscan mayor complejidad en sus elecciones, pero es una historia que vale la pena ver.

La Luz que no Puedes Ver no es una miniserie perfecta, partiendo por falencias como los franceses y alemanes hablando en perfecto inglés, sin mayores problemas de comunicación. Aún así, si se logra superar esa incómoda rareza lingüística; la apuesta consigue construir una narración lo suficientemente atractiva como para darle play al siguiente capítulo. E incluso para no detenerse hasta terminarla. Es de esas historias que te hace sentir bien a pesar de su dolorosa realidad, sobre todo cuando los personajes logran entrar en sintonía y consiguen sus objetivos.

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