Reseña corta: Jungle Cruise, sin ser exigente, el viaje resulta

Un pequeño barco fluvial lleva a un grupo de viajeros a través de una jungla llena de peligrosos animales y reptiles, pero con un elemento sobrenatural. Jungle Cruise está basada en el paseo en un parque temático de Disneyland.

No es ninguna maravilla, pero se ejecuta como comedia de aventuras dentro de sus propias locuras, sobre todo porque está comandada por una dupla de carisma inagotable.

La química entre Dwayne Johnson y Emily Blunt fluye, insufla de vida una apuesta que a veces parece sosa en sus bromas, con decorados como sacados de una telenovela y un poco excesiva en el uso de CGI.

Jungle Cruise

Pero esa vibra al estilo Michael Douglas/Kathleen Turner en Dos Bribones tras la Esmeralda Perdida con tintes de Piratas del Caribe, aunque bajándole unos cambios para seguir siendo familiar, es inevitablemente encantadora.

Menciones especiales para un Jesse Plemons absorto en su estrambótico e hilarante personaje. Además de un cariño para James Newton Howard con una banda sonora muy en sintonía con el género que adorna.

Sin ser exigente, el viaje resulta. Sin escarbar mucho en la trama, sus puntos conectan. Pedirle más sería una ilusión, porque en el fondo no quiere ser más que una película vespertina que te haga olvidar el mundo por dos horas.

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